La conoció en un bar y en el hotel le arrancó la blusa provocativa, la falda entallada, los zapatos de tacón alto, las medias de seda, los ligueros, las pulseras y los collares, el corsé, el maquillaje, y al quitarle los lentes negros se quedó completamente solo.
—RELATOS VERTIGINOSOS. Antología de cuentos mínimos. Selección y prólogo de Lauro Zabala. México: Alfaguara, 2001., p. 80
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